Lealtad con Chávez y el Socialismo

Lealtad con Chávez y el Socialismo

OPINIÓN

Red de Consejos Comunales
Rafael González
Trabajador Social Comunitario
“En Venezuela hay 31 mil consejos comunales”, declaró en febrero de este año un portavoz del Ministerio del Poder Popular para las Comunas y Protección Social. Estos consejos comunales, trabajando como un sistema coordinado, podrían jugar un papel significativo en el diseño e implementación de políticas públicas. Podrían convertir en realidad la idea de poder comunal. Pero los consejos comunales no han alcanzado la madurez. Todavía aprenden, sobre la marcha, a definir y ejecutar sus funciones. Aprenderían mucho más rápido si compartieran entre sí sus experiencias, si cada uno de ellos pudiese aprender de los problemas, soluciones y procedimientos de los demás. Una red capaz de entrelazar los consejos comunales haría posible este aprendizaje colectivo. Crear la red comenzaría por documentar la acción de cada consejo comunal. En textos, imágenes, sonido. ¿Con qué herramientas? Celulares, cámaras digitales y computadoras, todos aparatos de consumo masivo, son cada vez más accesibles a las comunidades. (500 mil computadoras Canaima serán repartidas a los niños en las escuelas, por ejemplo.) Con la ayuda de estos dispositivos, la información de cada consejo comunal podría guardarse en forma digital. Bastaría cargarla a un servidor conectado a internet para que estuviese a la disposición de los demás consejos comunales. Implementar la red que aquí dibujamos es una tarea compleja. Pero está a nuestro alcance: en menos de un año podría estar funcionando lo esencial. Las técnicas informáticas relevantes son relativamente simples. El aprendizaje y organización a nivel de las comunidades serían los aspectos más difíciles. Pero es precisamente a nivel de las comunidades donde contamos con una ventaja crucial: nuestra preferencia por la conversación como medio para comunicarnos. Los celulares, las redes sociales, la internet –todos instrumentos para la conversación– serían ideales para entrelazar los hilos del discurso comunal.


Consejos Comunales, Comunas y sus responsabilidades
Rafael González
Trabajador Social Comunitario
 
Ya no hay dudas de los avances que el colectivo organizado está alcanzando como factor de poder. Las leyes sociales aprobadas hasta el presente por la Asamblea Nacional (AN) señalan las pautas de lo que debe hacer las comunidades a través de sus consejos comunales- comunas para lograr mejores niveles de vida mediante la organización, capacitación y conciencia revolucionaria socialista.
Se conciben estos instrumentos para la planificación, ejecución y control de los proyectos en cada comunidad en particular, está vetado el lucro personal y por ende la corrupción en todas sus manifestaciones.
La fase experimental del “Boom Cooperativista”, no dio los resultados esperados pese a las buenas intenciones del Ejecutivo Nacional. Lo planteado estriba que primero debe haber un proceso previo de organización, capacitación y evaluación de los involucrados. De no producirse este proceso previo, toda iniciativa está condenada al fracaso. Estamos en presencia de una crisis cultural. En consecuencia debe producirse un cambio de mentalidad hacia lo ético y del desprendimiento en función del prójimo; es decir, del colectivo. No es tarea fácil y mucho menos de hoy para mañana.
Ejercer funciones en los consejos comunales – comunas, se requiere de una conciencia auténticamente revolucionaria. Un apóstol de sacrificios y lealtad para consigo mismo. Manejar el 30% del presupuesto nacional para la ejecución de proyectos no es cualquier cosa. Es tentador para quienes no han manejado nunca semejante suma de dinero a través de proyectos.
Ha llegado la hora de que los consejos comunales y comunas le digan con ejemplos el país que sí tenemos un selecto número de venezolanos organizados, capacitados y contralores para contribuir al desarrollo como un todo y epicentro las comunidades. Tenemos muchas debilidades y tentaciones.
Venceremos…


Política, Políticos, Politiquería
Rafael González
Trabajador Social Comunitario
Ser político es ir a la fuente aristotélica y reconocer al humano que participa activamente en la vida de la “polys”, es decir, en la ciudad. De allí que se entienda que, un político es un humano, hombre o mujer, que decide dedicarse a luchar por los derechos humanos, por lograr una importante calidad de vida de los ciudadanos, por mantenerse al día con las decisiones en los grandes centros de poder del mundo para cuidar del planeta, de su región, de su país, de su ciudad, de su comunidad y por supuesto debe ser un luchador por la paz. Cuando el político se pervierte, se transforma en un politiquero. Quien es una especie de delincuente, que usa el poder que se le ha otorgado para enriquecerse con el dinero de la ciudad y la sociedad; y en estos tiempos brumosos aparece involucrado con la peor escoria de una nación, como es el narcotráfico y el terrorismo. Por ello es imprescindible que, nosotros los venezolanos patriotas, aprendamos a ver las diferencias y a entenderlas, que se dan entre un político y un politiquero. ¡Cuidado con pensar que el político es perfecto o tiene que serlo! Para nada. Se trata de la integridad, la honestidad, la equidad que tiene que tener como norte, sabiendo todos que, como humano(a), puede equivocarse y cometer errores, pero no volverse un multimillonario con los dineros públicos, ni transformarse en un perseguidor de sus oponentes, y/o en un violador sistemático de las leyes de la República, en particular de la Carta Magna. Tenemos la tendencia a santificar a los líderes o, a destruirlos. Hemos conocido líderes extraordinarios en el país a lo largo de los años que tiene la república. También, hemos padecido dictadores, autócratas, autoritarios y líderes falsos que han engañado al pueblo con el máximo cinismo y descaro. Nos toca a nosotros, venezolanos patriotas, concientes y pensantes, darnos cuenta de que no podemos seguir como las quinceañeras. Quienes en su gran mayoría, a causa de su edad, tienen la cabeza llena de sueños. Esperan por un príncipe, que las saque de la vida mediocre y de la existencia pobre que llevan y la mayoría de las veces se encadenan a situaciones mucho peores que las que habían vivido o, se les pasa el tiempo sin realizar nada importante. De allí la trascendencia que tiene la madurez para el crecimiento de la persona. Igual debe acontecer con el país. Conocer a las personas. Su trayectoria, su comportamiento como personaje de la familia, sus vínculos afectivos con la gente, sus pautas éticas, sus estudios y sus intereses son cuestiones prioritarias, a la hora de seleccionar en quien vamos a depositar nuestra confianza para que lidere el país, la región, la ciudad, la comunidad. La definición de política que considero nos debe guiar, es la que se atribuye al autor alemán Karl Deustch, quien, sabiamente, señala que la política “es la ciencia de lo posible”. Con lo que nos podemos dar cuenta, de que este pensador alemán tiene los píes conectados a la tierra: aquello que no es posible realizar, está fuera de la política por imposible. Mientras que lo que se puede llevar a cabo, es precisamente, política.

Qué depara 2011

director de la revista América XXI
Suramérica culmina la década como quien completa la primera jornada de ascenso al Aconcagua; o al Chimborazo: todo el ímpetu, alguna magulladura, la mirada en lo alto y la sangre latiendo fuerte por la empresa grandiosa.
A la inversa, Estados Unidos va camino abajo, herido de muerte en su corazón económico. No está mal hallado el título de la reunión conspirativa realizada el 17 de noviembre en Washington, en la sede del Congreso: “Peligro en los Andes” (ver Manifiesto Antimperialista en defensa de la Patria). Sí. Hay peligro allí para ellos. Es el lugar donde sufrirá su última derrota el imperialismo estadounidense, como 186 años atrás le ocurrió al imperio español en Ayacucho. Ya lo adelantaron hace medio siglo los revolucionarios cubanos, acompañados por iguales en todo el continente, al señalar la cordillera como “la Sierra Maestra de América Latina”. No está mal pensado el título de ese cónclave, ni el lugar donde se llevó a cabo. Es bueno saber a qué atenerse y que cada quien muestre su rostro: el Capitolio como antro de terroristas, estafadores, diputados ignorantes sin representación, oscuros escribas del amo asustado.
¿Cómo harán los demócratas sinceros del hemisferio para justificar semejante aquelarre? Por lo pronto, no hablan del asunto. Pero debieran hacerlo. Porque el derrumbe conceptual, moral y político de la democracia capitalista puede arrastrar la idea misma de democracia, como muestra el espacio ganado por los nazis contemporáneos del Tea Party.
En sustancia, eso es lo que depara 2011: un inmenso desafío ideológico, político y, eventualmente, si no se actúa con inteligencia y celeridad, militar. Incapacitado de remontar la crisis que carcome su estructura, el capitalismo se lanza por el camino de la derechización y la violencia. Ése es el significado del pedido de Barack Obama para aumentar en 522 mil millones de dólares el presupuesto militar de Estados Unidos. En 2011 el gasto militar será de unos 708 mil millones de dólares; el más alto de la historia. La provocación en Corea, las bases en Colombia, el despliegue en Costa Rica, están allí para señalar el destino de esos fondos. Al mismo tiempo se congelan por tres años los gastos en programas de educación, nutrición, energía y transporte.

Incendio

Europa no está mejor. Por estas horas tambalea España, detrás de Irlanda y Portugal, los últimos dos focos del incendio financiero. Del estancamiento la UE pasa nuevamente a la recesión, y esfuma las expectativas de recuperación en Estados Unidos. Importa sobre todo que los recursos empleados para postergar una vez más la cadena de quiebras bancarias, el colapso del euro y la desarticulación de la UE, operan como combustible sobre el incipiente incendio social en el viejo continente. Allí también se gesta una crisis política de magnitud.
Será interesante escuchar al último Borbón en la Cumbre Iberoamericana que tendrá lugar en Mar del Plata (sí, allí donde en 2005 fue enterrado el Alca) apenas esta edición salga de imprenta. En ese cónclave los políticos socialdemócratas de América Latina no tendrán ya la posibilidad de volver a esgrimir a Irlanda y España como modelo de éxito. Si Madrid y Lisboa no hablan del futuro y un número de admiradores de sus antiguas propuestas en estas latitudes deciden callar ¿de qué habrá servido esta enésima cumbre? ¿Acaso puede esperarse mejor resultado que el fiasco del G-20 en Seúl?
No. Su utilidad será ratificar la necesidad de concentrarse en Unasur, rescatar Mercosur, extender y fortalecer el Alba. El Norte no tiene nada positivo para proponerle al Sur. Y este hemisferio habrá de tomar debida cuenta de la realidad económica mundial, desechando el espejismo de una sustentabilidad estratégica basada en altos precios de materias primas. Entre otras muchas razones, porque una parte sustancial de esos aumentos expresa otra fuga irracional del sistema acorralado: imposibilitados de refugiarse en monedas confiables, exprimida la posibilidad de correr al oro, inmensas masas de capital excedente buscan resguardo comprando materias primas a futuro, a precios tan demenciales como la lógica que les da existencia. Esa burbuja también explotará.
Se trata de la crisis estructural de un sistema agónico. Buscar caminos intermedios lleva a ninguna parte. Vacío ideológico, vacilación política, llevan al abismo.
Gobierno y Congreso estadounidenses, asumidos como derecha reaccionaria, entienden que el “Peligro en los Andes” es el socialismo, enarbolado ya como bandera por los gobiernos del Alba y una franja creciente de los pueblos del hemisferio. Vale escuchar la respuesta de Hugo Chávez: “¿a partir de enero habrá en Estados Unidos un Congreso de extrema derecha? Bueno, el Parlamento venezolano a partir del 5 de enero debe ser de extrema izquierda (…) necesitamos un gobierno mucho más radicalmente a la izquierda, una fuerza armada mucho más radicalmente revolucionaria, junto al pueblo (…) No debe haber cabida en nuestras filas civiles, militares, para las medias tintas. ¡No. Una sola línea: radicalizar la revolución!”.
Evo Morales no fue menos contundente (ver respuesta a Estados Unidos): “estoy convencido: de la rebelión a la revolución; de la revolución a la descolonización”.
Este debate de ideas, este combate político, depara 2011. Precisar conceptos, afirmar estrategias, fortalecer organizaciones, frente a un enemigo poderoso, cruel, pero debilitado y obligado a enfrentar a la humanidad. El Ande está allí.